Últimamente estoy saliendo mucho con amigos,
conociendo gente nueva y todo eso, a lo 3 D, y el jueves me invitaron a cenar a
casa de unos amiguetes. Uno de los asistentes, un tipo muy simpático, me dijo
que tenía un hijo pequeño, de 4 ó 5 años (no lo recuerdo). Ahí empezó la típica
conversación que parece inevitable cuando uno tiene descendencia: que si el
pequeño duerme mal, que si está enfermo, que si los Cantajuegos se
conocieron en una orgía, que si uno ha escuchado más veces la canción de Dora
de la mochila que “Starway to heaven”, etc.
En un momento dado me dijo:”El fin de semana
vienen mis padres y quieren verlo… A ver cómo está el niño y si hay suerte”.
Entonces le pregunté que si el pequeño estaba enfermo y me contestó que no,
pero que le preguntan todo a su hijo y hacen lo que él les dice. Es decir, que
el niño ve a sus abuelos solo si él quiere, va al parque cuando quiere, se
acuesta a la hora que le apetece y come a la carta. Cuando vio mi cara de
extrañeza (al igual que Feynman nunca he sabido disimular) me soltó un “Es que
queremos que sea feliz y no deseamos darle una educación castradora… Bueno, ¿y
a ti qué te parece esta forma de hacer las cosas?”. En ese momento de la
conversación ya se nos había unido su mujer y se me quedaron mirando fijamente,
esperando mi respuesta con hostil curiosidad.
Así que le di un trago a mi cerveza, carraspeé un poco
y di la respuesta más diplomática de todas las que se me pasaban por la cabeza
en aquel momento: “Tu hijo es carne de Hermano Mayor como no rectifiques”.
Larry David estaría orgulloso de mí. Luego llegué casa diciéndome “Estos pobres
no han entendido nada de la vida” y me dispuse a escribir este post con
consejos para padres.
Esto es lo que pensaría Larry de mi respuesta.
Seguro que estaréis pensando que quién soy yo para dar
consejos a nadie y que seguro que mis hijos terminan abandonándome en una
gasolinera después de apagarme un cigarro en la frente, y puede que tengáis
razón, nunca se sabe. Pero el caso es que me he preocupado en los últimos meses
de hablar con personas que considero que han educado a sus hijos estupendamente
y de leer mucho sobre aprendizaje emocional y asertividad en la infancia y os
voy a hacer un resumen de los conceptos principales que he aprendido. Por lo
menos, tenemos que leer la teoría clara, aunque tarde o temprano metamos la
pata en la práctica.
1.- LA IDEA QUE TENGAS DE TI MISMO CONDICIONA TU FORMA
DE ACTUAR: Todo el mundo tiene el potencial de ser buena persona o un mal
bicho. Cómo te veas a ti mismo condiciona la forma de actuar en tu vida, tus
actos y tus decisiones. Alguien que se vea como un buen tipo podrá ser Atila en
un momento determinado, pero se resistirá a repetirlo porque va en contra de su
naturaleza, que está condicionada por el concepto que tiene de sí mismo. Esta
“imagen de uno mismo” depende en gran medida del entorno y, en los primeros
años, el entorno son los padres. Los niños hasta que llegan a la adolescencia asumen un rol
del que es difícil desprenderse. Entonces, la cosa es fácil: haz
creer a ti hijo que es bueno y lo terminará siendo. Aquí entra en juego el
refuerzo positivo (destacar las cosas que hace bien) y el afecto.
Recordemos
el concepto de condicionamiento operante que es lo contrario que el
condicionamiento respondiente (el perro de Paulov para que nos entendamos).
Me
explico. El condicionamiento operante, concepto acuñado por B.F.
Skinner, es una forma de aprendizaje
mediante el que un sujeto tiene más probabilidades de repetir las formas de
conducta que conllevan consecuencias positivas y, por el contrario, menos
probabilidades de repetir las que conllevan consecuencias negativas. El
condicionamiento operante es un tipo de aprendizaje asociativo que tiene que
ver con el desarrollo de nuevas conductas en función de sus consecuencias, y no
con la asociación entre estímulos y conductas como ocurre en el condicionamiento
clásico. Es decir, que la conducta se condiciona a las consecuencias, pero de
una forma interiorizada, de manera que el sujeto se porta bien porque le
resulta egoístamente más interesante sin ser del todo conscientes del proceso
(de ahí que crean que es algo que sale de ellos, como el planchar no sale de
mí).
La siguiente película se iba a llamar “Este niño tiene
una pedrá”, pero no llegó a hacerse por
falta de financiación.
Frases a evitar:
- ¡¡No puedo contigo!!
- Eres malo.
- ¿Dónde estaría Sor María el día que naciste?
Nunca
jamás de los jamases decirle cosas como “no sé qué hacer para que te portes
bien”, “voy a perder la paciencia por tu culpa” y por supuesto no les grita
nunca. Gritar es ponerse a su altura y tú no estás a su altura, tú los miras
desde arriba. Nunca mostrar impotencia, siempre se debe proyectar una imagen de
control y tranquilidad. Esto es más difícil que aprobar unas oposiciones a
notarías estudiando el día antes.
Si te encuentras con un vecino o un amigo y te
pregunta por tu hijo nunca digas “Está imposible, se porta fatal, etc”. Nunca
se habla mal de él en su presencia. Esto refuerza mucho el comportamiento de
los niños. Hay que decirles, cuando hacen alguna trastada: “No entiendo, con lo
bueno que eres, cómo has hecho algo así” y mostrar extrañeza y tristeza más que
enfado. Y siempre darle la posibilidad de enmendar sus errores. Si ha abierto
un armario y tirado toda la ropa, le dices que si recoge la ropa contigo
volverás a estar contento y prestarle atención cuando se porte bien. Así
interiorizan la bondad y entran en modo “Naranja mecánica”, se vuelven
incapaces de portarse mal. Esto requiere paciencia, pero se consigue.
Se
trata de reforzar lo positivo cuando te preguntan por ellos en su presencia. Un
comentario del tipo “es el niño más bueno del mundo. Hoy ha hecho tal cosa y
estoy contentísimo”. Porque algo habrá hecho bueno ese día el joío niño, aunque
esté en modo destructor.
No
hay que temer alabar a los niños continuamente cuando se lo merecen. Cuando se
portan mal, se les da la opción de rectificar y si no, consecuencia. “He visto
que no has recogido tus juguetes, debe ser que te has equivocado porque con lo
bueno que eres no me pega que hagas eso. Vuelvo en 5 minutos y seguro que ya
los recoges”. Si lo hace, fiesta, y si no, consecuencia.
Los
castigos son el último recurso (hay líneas rojas) y se deben cumplir siempre.
Hay que medir los castigos y pensar muy bien antes de imponerlos. Frases como
“¡Pues te quedas una semana sin ordenador!”
se pueden volver en tu contra. Recordemos que se trata de fomentar lo
positivo, más que de sancionar lo
negativo (esto lo he dicho 15 veces, soy más seguío que un pasadoble, pero es
que es importante).
2.- FOMENTAR VALORES: Este tema suena de lo más
rancio, pero en fin… Los valores se transmiten mediante el ejemplo y el
diálogo. También estoy convencido de que los buenos modales son una herramienta
útil. Somos el espejo moral en que se miran nuestros hijos, y debemos
enseñarles qué creemos que es lo correcto y despertarles buenos sentimientos.
La solidaridad, la empatía, la generosidad, la compasión, el respeto a las
personas mayores y a los débiles, la tolerancia y todas las cosas buenas que se
nos ocurran, se las tenemos que transmitir nosotros. Y los buenos modales no
sobran en este proceso, más bien al contrario. El “por favor y gracias”, saber
escuchar, no interrumpir, ceder tu asiento a las personas mayores, no insultar,
no ser egoísta o caprichoso, etc son importantes. Ojo, educar es dar ejemplo,
esto es lo principal, pero no está de más insistir en estos temas,
aparentemente accesorios. Imagínate un mundo donde se pueda hablar y te escuchen
respetuosamente aunque disientan contigo, un mundo donde se puedan intercambiar
ideas sin gritar, un mundo sin tertulianos de Tele5, en fin.
Tu hijo puede acabar así si no tienes las ideas
claras.
3.- LAS REFERENCIAS MORALES: Decíamos que nosotros
somos la primera referencia moral para nuestros hijos en los primeros años. A
partir de cierta edad los amigos son determinantes, pero hasta entonces
aprovechemos el tirón. Una de las cosas que más me impactó de este tipo es que
fuera su hijo el que decidiera si quería ver a sus abuelos o no. ¿Qué sabe un
niño de 4 años? ¿Con qué criterios va a decidir nada? Mis abuelos han sido muy
importantes en mi vida (también es verdad que yo no tenía abuelos “estándar”,
pero eso es otra historia). Privar a tu hijo del contacto con sus abuelos me
parece una crueldad para él (para los abuelos también es una jodienda tremenda,
claro).
Otra referencia básica son los profesores, a los que
jamás se les debe desautorizar en presencia del niño. Es verdad que hay
profesores que no sirven ni para escuchar la radio, pero la mayoría seguro que
son muy competentes. Tengo una amiga a la que veo mucho últimamente que es
profesora y que cada que quedamos, me cuenta historias para no dormir: padres
que la han insultado porque le llamó la atención a su hijo en clase, madres que
se presentan a “revisar el examen” porque no se creen que su hijo haya
suspendido, etc. Y hablo de niños de 6-7 años y de un “colegio bien”.
Otras frases a evitar: “Ya te pondrán derecho en el
colegio” o “Se lo voy a decir a tu profesor”. Asimilar las tareas a algo negativo (“castigado a tu
cuarto y a hacer los deberes”) es un error de los gordos. Está bien preguntar
“¿Qué has aprendido hoy en el cole?” y comentar lo bien que hacen la tarea
cuando la terminan. Hay que fomentar el interés por el estudio y bromear,
restarle seriedad. Aprender es divertido, aprender merece la pena.
4.- ALIMENTACION: La idea no es vender a tu hijo al
peso como si fuera un cochino. A tu hijo tienes que alimentarlo, no cebarlo. De
la alimentación de tu hijo depende:
- Su desarrollo físico y mental.
- Su salud: No voy a hablar de los problemas de salud
derivados de una deficiente alimentación (sobrepeso, colesterol, etc).
- Su cultura: Creo que la gastronomía es, además de una
fuente de placer, una manifestación cultural.
Es más fácil soltarles un trozo de pizza que insistir
para que prueben el pescado o la verdura, pero hay que intentarlo.
5.- DEPORTE: A mí no me pasa porque yo soy una
estrella del balonmano y una leyenda de la liga universitaria de fútbol, pero
hay padres que quieren realizar sus sueños a través de sus hijos y les meten
una presión tremenda para que destaquen en los deportes… ¿De verdad quieres que
tu hijo se parezca a Cristiano Ronaldo? Es bueno fomentar la práctica del deporte por salud y porque
enseña valores también (superación personal, trabajo en equipo, la satisfacción
del trabajo bien hecho, la recompensa del esfuerzo, etc) pero no lo veas como
una exigencia.
6.- RUPTURAS SENTIMENTALES: Qué jodido es eso de
hacerse daño a través de los hijos. Cuando uno se separa o se divorcia, no hay
que perder de vista que, aunque no seáis pareja, siempre seréis padres. No debemos
olvidar lo importante: el bien de vuestros hijos. Y hay que tragar más que
Linda Lovelace si hace falta, no queda otra. Es un trabajo en equipo para el
resto de la vida.
7.- LA BUSQUEDA DE LA FELICIDAD: La felicidad no
consiste en el logro inmediato de lo que deseamos sino en la consecución de un
objetivo a través de un proceso. No hay que darle todo hecho a los niños, sino
los instrumentos para que se desenvuelvan en la vida. Afrontémoslo, la gente es
fea y la vida es mayoritariamente horrible, pero tiene sus momentos y hay que
ayudarles a encontrar su camino y a descubrir lo bueno de las cosas.
¿Educación "castradora"? ¿De verdad no piensan enseñarles límites a ese niño? De hermano mayor no se pero madera de político español desde luego sí que tiene.
ResponderEliminarEs evidente que no podemos obligar a quien quiere ser padre que haga un cursillo (aunque más de uno lo necesitaría encarecidamente XD y que conste que no pretendo ser nazi, pero me ha impactado mucho lo de "educación castradora") pero si todo el que quiere o tiene hijos leyera entradas como esta y se informara, y formara, un poquito la cosa cambiaría y mucho.
Muy buena. Felicidades
Genial Juan!! Larry David estaría orgulloso :)
ResponderEliminarCOMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente.
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años