lunes, 17 de octubre de 2011

UN TUNO TERMINA LA CARRERA


Esta semana estoy liadillo, así que os dejo una de mis Noticias Falsas preferidas, de cuando escribía en la sección de humor del Córdoba Información. 



UN TUNO TERMINA LA CARRERA

Rafael Pinillos, tuno de la Facultad de Derecho ha obtenido un 5,23 en el examen de diciembre de “Introducción al derecho romano”, la última asignatura de la carrera que le restaba por aprobar, lo que ha causado gran revuelo en la comunidad científica ya que hasta el momento sólo se conocían dos tunos con la carrera terminada en todo el mundo y el último en 1973.

Rafael ha hecho balance de sus años en la Universidad en una entrevista exclusiva para nuestro periódico y ha declarado que ha notado un gran cambio entre la Universidad que él conoció en su primeros años y la actual. “Yo conocí el Plan Yeyé, el Plan Antiguo, el Plan Nuevo y casi me pilla el Plan Bolonia. Cuando me fui a comprar un coche y me hablaron del Plan Renove casi me desmayo del susto. He conocido más planes que el Equipo A, pero los míos casi nunca salían bien”, comentó socarrón.

El tuno atribuye su éxito a la constancia, a la constancia de sus padres que seguían pagándole la matrícula cuando él no daba un palo al agua y se dedicaba a tocar la pandereta por los certámenes de tunas de toda España. “Quise convertir mi habilidad con la pandereta en una profesión, pero el mundo de la música está podrido, es una mafia. Si no tienes padrino, no tienes nada que hacer”, declaró Rafael visiblemente molesto por el trato recibido por las discográficas que siempre se negaron a grabar un LP de solos pandereteros como él pretendía. “Mi maqueta de “Pandereta tunera unplugged” está guardada en un cajón, una lástima”, confesó.

En cuanto al declive de la tuna en nuestros días, Rafael lo atribuye a las nuevas tecnologías: “Ahora la gente para hacer amigos, ligar y componer música tiene el Facebook, Twitter y el Myspace y no necesita disfrazarse con unos leotardos rosas y una capa a lo Ramón García en Fin de Año.

La generalización del concepto vergüenza ajena también nos ha dañado mucho. Por desgracia, los jóvenes universitarios ya no quieren engancharse a la tuna, prefieren el cannabis. Y eso que la tuna crea adicción, es como un círculo vicioso mucho peor que el bingo”. Con ojillos nostálgicos, Pinillos sentenció: “Los tunos estamos en peligro de extinción como los linces o las gogós simpáticas”.

En su barrio ya se están preparando multitud de actos para celebrar la licenciatura en Derecho de Rafael, que no deja de agradecer los gestos de cariño de su entorno y pedir disculpas por su tardanza en terminar sus estudios. En este sentido comentó que era curioso que se le haya atragantado durante 14 años el Derecho Romano, ya que era “una asignatura que me llamaba mucho la atención y Ulpiano y Papiniano fueron prácticamente compañeros de curso míos, nos separaban pocas promociones”. Lleno de emoción por el título conseguido, Rafael declaró que su familia está muy orgullosa, “especialmente mis nietos… Ahora, dos años de pasante y, hala, a ganar dinero como buen mileurista” comentó con un hilo de emoción en la voz.

lunes, 10 de octubre de 2011

GRANDES MOMENTOS DE MI VIAJE A ESTAMBUL


Hace unos meses estuve en Estambul, una ciudad a la que le tenía muchas ganas desde que me hice fan de Orhan Pamuk y me interesé por la historia turca. Es una tradición familiar hacer un viaje al año con mis padres y hermanos. Y nos reímos. Nos reímos un montón, por ejemplo, con los intentos de mi padre de hablar inglés. El pobre está convencido de que habla el idioma de Shakespeare porque sacó sobresaliente en Inglés en la carrera…. Y la verdad es que, a su lado, Botín parece un profesor de dicción de Oxford.

Estambul, qué hermosa eres

Para el viaje a Estambul nos fuimos con la familia de L., mi mejor amigo, que tiene un sentido del humor muy parecido al mío. Os dejo una selección de los mejores momentos:

“El que venga a Turquía por los olores va a ver que aquí huele más a sobaco que a otra cosa”.

“Muy bonito el mercado. ¿Has visto las nueces qué grandes son? Las traen directamente de Chernóbil”.

Sacando el billete para el monorraíl: “Venga, venga, que ya está la máquina calentita”.

Aquí se pesca mucho desde el puente Gálata. Miles de cañas todos los días y no vimos sacar ni un pescado. Cuenta la leyenda que una vez uno cogió una caballa.

El deporte nacional nº 1 es la puesta de rabos en los tranvías. El 30% de los turcos son campeones mundiales de pincaítas, perritos chicos y aparcar la bicicleta en el entre-tanga.

El deporte nacional nº 2 es caerse en la calle. Para ello, las aceras están llenas de obstáculos, zanjas, escaleras sin barandillas y trampas mortales. No vimos a ningún ciego en Estambul, se van muriendo poco a poco.

Aquí los coches llevan intermitentes por motivos decorativos. Si Ryan Air hiciera coches en Turquía, los quitaba fijo.

En Turquía no conducen: esquivan. Y para atropellarte ni siquiera cierran los ojos.

“¿Qué queréis de postre? Dejadme a mí, que el inglés lo tengo dominao: FRUS PLAS (plato de fruta) y ONIRIC SUL (sueño del sultán)”

Vimos el Hotel Pera. ¿Pero El Pera no era uno que robaba coches?

Nos cruzamos con Baltasar Garzón. No perdí la oportunidad de decirle “¡¡Baltasar, tira caramelos!!”.

“Qué maravilla la Mezquita de Oro, estoy embriagado, es increíble…es increíble el olor a pie que hay aquí.”

“Santa Sofía la construyeron en 5 años y se llevaron el triple para cambiar el acerado de la calle Preciados.”

“En Estambul está muy desarrollada la industria del carrillo de mano” (Esto hay que decirlo con cara seria, como dando un dato relevante).

Qué mal aspecto tiene la comida. Tranquilo, que el pavo este tiene pinta de tener el carné de manipulador de alimentos.

¿La llamada a la oración la cambian o es siempre la misma tipo Kiss FM?

El guía-capitán del barco que nos llevó por el Bósforo no abrió la boca en todo el recorrido. Al final del viaje, se paró y nos dijo muy serio: “1.873. De ahí, topabajo”. No sacamos más en claro. Después nos enseñó un cartel que decía “Mire”. Descubrimos que Mire significa Museo.

En el baño turco:

“Si te cae la cartera aquí tienes que llevártela dando patadas hasta el ascensor”.
Nos dijo un gallego que, quitando la parte del dedo en el culo, lo del baño turco le había gustado mucho.
“Si se pone la cosa muy mala, a ver si con una pajilla se apaña este hombre” (El padre de mi amigo al ser arrastrado por un masajista de 2 metros con bigote que iba a darle un masaje, también llamado paliza).

En el palacio del sultán: Me llamó mucho la atención cómo funcionaba un harén. Realmente la que decidía todo era la madre del Sultán, la Sultana Madre, que elegía quién era la favorita cada noche (parece que vemos al Sultán diciendo: “Mama, mama, la de las tetas gordas, por favor”) y no permitía el contacto entre las mujeres del harén y su hijo; sólo cuando ella lo estimaba oportuno, sultaneitor podía mojar el churro. Imaginaos los comentarios cachondeísticos que salieron de eso: 

¿Y tú te quejabas de que tu suegra se mete en todo?
Yo no me creo nada. Si tu madre no te puede esconder el chocolate, ¿cómo te va a esconder 200 tías?
Cuando el sultán entre en modo “más caliente que una patada en la oreja” y se ponga a andar de puntillas por la estera, ya me contarás si se pincha a alguna o no.
¡Sultán, que buena tajá llevas! Pues ya verás como mi madre le pone alguna pega.

Los trajes y el tesoro del Sultán: Los trajes del Sultán eran inmensos y parecían muy difíciles de llevar (“Zuleima, si me encuentras la churra, te doy vacaciones hasta mayo”). El tesoro era increíble, con dagas de oro y brillantes de “a 200 euros la puñalá” y con el grabado “Recuerdo de Taramundi”.

Volviendo loco a un vendedor: Menudo tinglado tienen montado con las imitaciones los tipos estos. Fuimos a un sitio a comprar relojes falsos y nos reímos mucho: 

Siempre he querido comprarme un Patek Philippe original, pero no encontraba un hueco (El más barato cuesta medio millón de euros. La cara del vendedor era inenarrable).
¿El reloj se puede mojar? (pregunta del padre de mi amigo)- Sí, pero si se moja, se estropea (mi padre, saliendo al quite).
Lo bueno de estos relojes es que les quitas la corona, le echas arroz y te haces una paella de puta madre (El vendedor al borde de la muerte por ataque de risa).
Huy, este reloj me gusta a mí, es más clásico que una mesita de noche.

martes, 4 de octubre de 2011

¿DÓNDE ESTÁ LA CÁMARA? (parte 3)


Después del éxito de la primera y segunda parte de “¿Dónde está la cámara?”, continuamos para bingo, en esta ocasión contaré mis aventuras en una boda. Hace unos meses se casó mi amigo Roberto (Rober) contra Valentina, una chica muy simpática italiana.

Rober, el típico amigo de infancia al que le tienes cariño a pesar de no tener mucho en común, es una especie de Muñoz Escassi, un pijo sevillano de libro. Bueno, pues como es guapete la gente dice que es un poco excéntrico. Si fuera feo dirían que es más raro que la madre que lo parió.

El caso es que dos semanas antes de su boda lo llamé para preguntarle si tenía que ir de chaqué y me dijo que sí y que además quería que yo leyera algo en la iglesia. Chaqué. Córdoba. Agosto. 13:00. Haber elegido muerte. Sensación térmica de follar al sol debajo de un plástico envuelto en tres fajas Vulkan.

Aquí estoy tratando de llegar a la puerta de la iglesia sin derretirme.

El caso es que, poco antes del día B, lo llamo para preguntarle por lo que tenía que leer. Eran unas palabras de agradecimiento que él había escrito. Me dijo que al final YO NO ERA TESTIGO pero que fuera de chaqué de todas formas porque si iba a leer en la iglesia quedaba mejor.  La muerte por golpe de calor siempre queda mejor, es verdad. Decir que me acordé 500 veces de su madre, que la pobre no tiene culpa de nada, es quedarse corto.

Total, que llegué a Córdoba el sábado al borde de la deshidratación, a 40ºC a la sombra y me acerco a mi amigo en la puerta de la iglesia. Me da el texto que tengo que leer. EL HORROR. Es una carta de amor cursísima, cosa que me extraña porque Roberto ha sido toda la vida un mujeriego con menos detalles que un Panda. Una carta EN PRIMERA PERSONA. Así que ahí me tienes en el altar diciendo cosas como “Valentina, lo que me enamoró de ti fue tu sonrisa…”, “Te agradezco todo lo que has hecho por mí y quiero construir una vida juntos…” Que al final del discurso me entraron ganas de decir “pero que no se entere el novio”.

Hubo otro minuto glorioso. En un momento del discursito, se dice “gracias, papá y mamá… Y gracias, Fabiola y Francesco, por todo el cariño que me habéis dado siempre”, instante que aproveché para hacer una pausa dramática en el discurso y  mirar sonriendo a los suegros de Roberto, que supuse que serían Fabiola y Francesco. Cara de póker de los dos. Cruel broma del destino. Me siento en el banco y me tocan la espalda. Era una chica de mi edad que me dice “Qué bonito y qué bien has leído. YO SOY FABIOLA”. El “excéntrico” del novio había dado las gracias a sus amigos y ni había nombrado a sus suegros, que desde ese momento pusieron la cara hasta el suelo, como era de esperar. Para matarlo (otra vez). Qué vergüenza…

 La bolsa me la ponía cada vez que veía a los suegros. Qué mal rato.

En fin, que yo a mi amigo lo quiero mucho, pero reconozco que es un coñazo. Hasta el cura dijo en la homilía: “Y preparad vuestro matrimonio como este día… QUE ROBERTO ME HA LLAMADO 400 VECES” (literal).

Después fuimos a una hacienda cordobesa típica muy chula a ponernos ciegos. Yo soy muy despistado y ahí me lucí. Se me acercó un tipo y  tenemos esta conversación:

-           Yo soy muy amigo de Roberto.
-           Ah, encantado. Me llamo Juan.
-           Bienvenido. Oye, ¿lo que has leído en la iglesia lo has escrito tú?....

Y ahí me llevé media hora hablando con mi amigo Bienvenido. Bienvenido esto, Bienvenido lo otro. Qué bien está el sitio, Bienvenido, creo que la hermana de la novia es la de azul, Bienvenido… Hasta que alguien lo llama por su nombre: Carlos. Lo de Bienvenido me lo había figurado yo, porque lo que él dijo fue Bienvenido, de dar la bienvenida. Qué corte…

 Willkommen, bienvenue, welcome…

En fin, una hemorragia de sensaciones. El resto de la noche la pasé buscando la cámara pero no, aquello no era “Inocente, inocente” y de detrás de la cortina no iba a salir Juan Y Medio.

¿Continuará?

miércoles, 28 de septiembre de 2011

ENTREVISTA A EVA HACHE: “NO ME PARECE MAL APEDREAR PERROS”


Eva Hache, casi nada. ¡Con lo que yo la admiro! Cuando accedió a concederme una entrevista, casi me caigo de la silla. Concertamos la cita en una ciudad donde casualmente los dos teníamos asuntos de trabajo.


Normalmente, cuando se entrevista a alguien famoso, suele uno enfrentarse a situaciones un poco extrañas y este caso no iba a ser una excepción. Cuando llegué al lugar convenido, apareció el séquito de Eva: su manager, su agente de prensa, su estilista, su profesor de tai-chi particular, su consejero en Asuntos Exteriores y el jefe de seguridad. Solo faltaba Johnny Drama.

Lo cierto es que me sentí un poco intimidado, porque no paraban de darme instrucciones muy precisas sobre lo que debía y no preguntar: nada de preguntas de política, nada de preguntas sobre compañeros de profesión (los celos de la cumbre) y ninguna, sobre todo, ninguna, referencia a las anchoas, pez que detesta Eva. “Como digas la palabra “anchoa” en su presencia, puede deprimirse durante horas, encerrarse en su habitación y hacer locuras, como pedir 300 toallas de Bob Esponja de los chinos, lavadas 7 veces cada una, y ahí se acaba la entrevista”, me advirtió su agente.

Me entregaron una lista de temas que debía tratar, que tuve que leerme a toda prisa, pues Eva estaba a punto de llegar. No sé, muy raro todo. Entonces, el jefe de seguridad, un eslovaco con una espalda que abarcaba dos husos horarios, me dijo muy serio: “No la mires directamente a los ojos. No lo soporta”.

Aturdido por tantas instrucciones, cuando llegó Eva, guapísima y elegantemente embutida en un chándal de gala amarillo tipo Uma Thurman en Kill Bill 1, no pude sino hacer reverencias compulsivamente como si fuera un japonés agradecido y enfarlopao. Parece que este gesto le complació, por la tímida sonrisa que me dedicó…. Bueno, eso lo supongo, porque como no me estaba permitido mirarle a la cara, no apartaba la vista de su escote, para no hacerle sentir incómoda. Tanto fue así, que estuve a punto de iniciar la entrevista con una frase de Ozores: “Buenas tetas, digo, buenas tardes”.

¿Y qué iba a preguntar ahora, si me habían vetado todos los temas? Resueltamente decidí enfrentarme a la situación con una pregunta profesional, de periodista de mundo, una pregunta que mandaría a Truman Capote y a Kapuscinski a encalar fachadas. Periodismo en estado puro, algo que me diera un titular para parar las rotativas:

Hola, Eva. ¿Qué tal todo? ¿Cas comío?

Como todos los miércoles, cannensalsa. De postre, sopa de arroz. Con los tres cerditos y...  

Bueno, según parece, estás teniendo mucho éxito con El Club de la Comedia. ¿Crees que es el momento de dar un paso más allá? ¿Para cuándo el salto a tertuliana? España necesita un nuevo Ramoncín, pero en mujer… En más mujer, digo.

El Club de la Comedia va como un tiro, programa bendito. Y sí, es verdad lo de Ramón. Es más mujer que tú y que yo en picardías. Como contertulia, me veo, no creas que no. Total, para decir cosas que se me pasen por la cabeza... tengo de todo: cosas y cabeza. El problema sería ir, que es lo que no me gusta, tener que ir.

Con tu nueva revista, “Simplemente Eva”, enseñas a la mujer de hoy a ser como tú: sencilla, perfecta, humilde.... ¿Qué consejo darías a la juventud para que no acabe, digamos, apedreando perros?

Lo primero, que se hidraten. Mucho. Luego, que se vayan haciendo mayores, que la juventud pica. Lo de apedrear perros no me parece mal siempre que se respete el derecho a una muerte digna y el protocolo de Kioto. A veces pienso que hay perros malos. Y malas perras.

Siempre se te ha considerado una persona comprometida y solidaria y has colaborado con ONG´s como “Afiladores de cuchillos sin fronteras”. Recientemente, John Galliano ha comentado que vas a ser la imagen de otra ONG: “S.O.S. Stylo”. Tengo entendido que el objetivo es enseñar a jóvenes del movimiento 15 M a combinar los colores y elegir los complementos adecuadamente para que, sintiéndose guapos por fuera, se sientan contentos por dentro y así no estén tan frustrados. ¿Qué puedes contarnos de este proyecto?

Es secreto, de momento. Tienes buenas fuentes (y no hablo de Andreu). Pero sí, estamos avanzando mucho. Queremos dar una vuelta de tuerca al pañuelo palestino y acercarlo al concepto "torniquete". No te puedo adelantar más. No te puedo, en general. 

Bueno, Eva, sabemos que eres muy tuitera. Tras anunciar que haríamos esta entrevista, hemos dado la oportunidad a la gente de que mande sus preguntas y hemos seleccionado la que nos ha parecido más interesante. Te la leo: “HALLUDA, ME BOTARON DEL KASTIN DEL BIG BROTER SIN ESPLICASION.PLEASE RT.PRODUKTORA ES MAFIA. KE ASER?”   

Me encanta tuiter, por cierto. Esa capacidad de compresión y el esfuerzo por la buena escritura condensada me subyugan. Gracias por tu pregunta, amigo tuitiritero: no te preocupes. A mí también me han votado varias veces y aquí sigo. No desfallezcas. Algún día serás la Gran Legaña de ese Gran Ojo… Y a ti, querido Javier, gracias por la entrevista, te sigo y admiro siempre. Mil besos te daría. 

Y en ese momento, el manager de Eva se me acercó amablemente para decirme que el tiempo estaba cumplido, mientras que el jefe de seguridad ponía fin a la entrevista expeditivamente con una descarga de una porra eléctrica en mis costillas. Mientras me llevaban en camilla, Eva me dijo adiós con la mano con un giro de muñeca tipo Borbón y me tiró un beso, un beso humano, como si ella fuera una persona normal. ¡Más maja!