Hace algún tiempo escribí sobre las cosas interesantes que me habían pasado gracias a Twitter. En aquel entonces aún no estaba en marcha la más importante de todas: escribir el guión de un cortometraje para Ana Milán, una actriz que me encanta desde que la descubrí en Camera Café.
Es curioso cómo puedes establecer relaciones de amistad a través de Twitter. Con Ana Milán me llevé genial desde el primer día. Teníamos un sentido del humor muy parecido y nos intercambiábamos DM´s humorístico – cachondeísticos contándonos nuestra vida. A mí me ganó el día que comenzamos a discutir, en broma, como si fuéramos un matrimonio en crisis (una coña con la que me partí de risa). Es rápida de mente la jodía. Me dio una contra-réplica, que tuve que pedir tiempo muerto. Fue algo así:
Juan: Dictándole una carta, estaba dictándole a una carta a mi secretaria. Vale, que estábamos en la cama desnudos, pero no saques conclusiones precipitadas. Un inocente dictado de una carta, joder. ¿Cuántas veces vas a echármelo en cara?
Ana: Las veces que haga falta. Siempre te gustaron ordinarias… Como a tu padre.
Después de eso, admití humildemente mi derrota y pedí clemencia. Es que es muy grande la sra. Milán.
Ana Milán, como Victoria de la Vega “La Máquina de Reñir”. <3
Bueno, el caso es que un día me escribió un mail para contarme que Jorge de Juan estaba buscando un guión para rodar un corto y que se había acordado de mí. Decir que empecé a darme galetazos espabiladores en la zona glandiana es quedarse corto. ¡El sueño de mi vida de ser guionista al alcance de la mano! Un auténtico subidón.
Había que escribirlo en tres semanas, con varias condiciones:
1.- Tenían que aparecer pocos personajes: De entrada ya se jodió mi idea de que el corto arrancara con 150.000 soldados rusos avanzando por la estepa al encuentro del ejército de Napoleón.
2.- Imprescindible que fueran pocas localizaciones, a ser posible una sola: Eso dejaba fuera un argumento muy bueno que había ideado: un catedrático miope que viaja por el mundo buscando una Campana de Gauss que se ha escapado del Departamento de Estadística.
3.- Debería poderse rodar en una jornada o dos como máximo: De ahí deduje, soy un tipo listo, que el corto no podía durar más de 10 minutos.
Como en el cole, era tema libre. Lo cierto es que, para mí, no era el momento ideal para escribir nada. Juan Jr estaba a punto de nacer y yo estaba pasando por una crisis existencial – depresión, de las gordas, no es por daros envidia.
Total, que después de darle muchas vueltas, me decidí por escribir una comedia: “Plátanos”. Desde siempre me han hecho mucha gracia las situaciones de vergüenza ajena, sobre todo si los protagonistas van disfrazados de manera ridícula y se tienen que desenvolver en contextos serios. Ricky Gervais, por ejemplo, es todo un maestro en desarrollar ese tipo de tramas (Extras, The Office, etc).
El guión arrancaba así: un tipo se baja de un coche, saca un disfraz de plátano del maletero y se lo pone. Se dirige a una casa y llama al timbre. Una chica (vestida normal), su novia, le abre la puerta y empieza a reírse al ver las pintas del tío. Iban a ir a una fiesta de disfraces y se ha equivocado de día. Bueno, pues el tipo se intenta quitar el disfraz y rompe la cremallera. En ese momento llaman a la puerta. Son el padre de la chica y su segunda esposa, a los que no conoce. El tipo tiene que enfrentarse al escrutinio de un suegro irónico y serio, vestido de plátano, tratando de convencerlo de que es un chico formal y que tiene buenas intenciones respecto a su hija. El suegro le pregunta cosas como "Bueno, chico, dime de dónde eres. ¿No serás de Canarias, no?" Para complicar la cosa, el pobre sufre Síndrome de Colon Irritable desencadenado por estrés. La risa, vamos.
El disfraz de plátano mola mil. ¿Cuánto le pagarán a este tipo por posar así?
Terminé de escribir el guión en el hospital, donde Juan Jr se estaba peleando por nacer. Me quedó gracioso, pero creo que desaproveché un poco la idea inicial, que era buena. El tono no me convencía mucho. Pero no había otra cosa.
Se lo mandé a Ana Milán y me dijo que le había gustado, pero que el final no lo veía, no acababa de funcionar. Lo cierto es que el final era algo previsible, tras una sucesión de situaciones de vergüenza ajena.
Tenía razón: aquello había que rematarlo mejor. Y me dio un consejo genial: “Se nota que está muy trabajado, que está escrito buscando gustar. Tienes que deshacerte de eso”.
Si yo era capaz de reescribir un final en condiciones, intentaríamos que Pepón Nieto fuera el prota (me lo imagino de plátano y me parto) y que Patricia Conde hiciera de novia. Como suegro me gustaba mucho Luis Varela (Antúnez “Estoy deseando jubilarme, coño” en Camera Café) y como segunda mujer del suegro, Ana Milán.
Me propuso que escribiera sin presiones, sin exigencias, lo primero que se me viniera a la cabeza. Ponerme con otra historia, para despejar la mente, y luego retomar “Plátanos”. Y eso hice. En un par de tardes, del tirón, escribí el guión de un drama (atiende, que he roto a dramaturgo a estas alturas), dando rienda suelta a todos los sentimientos cumbre-borrascósicos que me tenían depre y se lo pasé a la Milán, sin esperanza alguna de que le fuera a gustar. Era la primera vez que me atrevía con un argumento dramático, me movía en terrenos pantanosos y no dominaba las claves del género.
El corto se titula “Para siempre” y no os voy a contar de qué va. Para mi sorpresa, a Ana le encantó el guión (hasta en Twitter dijo que era “una joya”, ahí lo llevas) y a Jorge de Juan también le gustó mucho. Me propusieron algunos cambios y enseguida escribí una segunda versión.
Todo parecía marchar viento en popa y el rodaje parecía que se iba a iniciar de forma inminente. En esto, a Jorge le ofrecen dirigir la próxima temporada de FoQ y se aparca el proyecto un tiempo.
Ana Milán sería una de las protagonistas y habíamos hablado de que Alexandra Jiménez estaría perfecta en el otro papel femenino, aunque todavía no se hablado con ella. También hay un personaje masculino, pero no le poníamos cara todavía.
Alexandra, que como diría Troy McCLure probablemente recuerden de series como “Los Serrano” y “La pecera de Eva”.
Lo último que sé es que el rodaje se quiere poner en marcha pronto, hacerlo en un fin de semana, aunque no hay fecha definitiva. Estas cosas llevan su tiempo. Por supuesto, os contaré con detalle mis andanzas cinematográficas cuando llegue el momento.
¡Prepárate, Hollywood, que voy para allá!
Que grande eres!!
ResponderEliminarMe alegro mucho por todo esto, compañero, de verdad!
Cada mía me sorprende más esto de twitter...tienes razón, si se maneja bien, se puede conocer a gente increible!
Ay, que bonito...jajaja!
Mantenednos al día, guapos!!
Y que todo vaya bien....
Muaa
¡Qué grande! Y que envidía me das.
ResponderEliminarOrson Wells tambien empezó así, twiteando!!
ResponderEliminar;P
Me alegro mucho... ahora bien, no me vovleré a poner el disfraz de plátano, yo me veía bien..
No es Twitter. Hay millones de personas tuiteando y no a millones le ofrecen la oportunidad de hacer algo creativo.
ResponderEliminarNovarado, también influyen más factores: la oportunidad, la suerte...
ResponderEliminarJuan,me gustaría que se pusieses en contacto conmigo,también es para un corto mi twitter es @_VTORREGROSA
ResponderEliminarPues yo tengo claro que en unos años podré decir eso de: "No es por presumir, pero yo conozco a Juan Gorostidi."
ResponderEliminar@DRioja.
Jolín! Felicidades!!!! Es importante estar en el lugar adecuado en el momento adecuado y... ¡tener talento para saber que hacer!
ResponderEliminarQué bueno Juan, te felicito.
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