domingo, 10 de abril de 2011

EVARISTO (by Hugo Bonet)

Hoy se estrena una nueva sección en el blog: “Also starring”, un espacio abierto a colaboraciones de amiguetes. ¿Quién mejor para inaugurar la sección que Hugo Bonet? Los que lo seguís en Twitter ya sabéis que es un tipo estupendo con un gran sentido del humor. Con sus tweets demuestra que se puede hacer reír sin faltar al respeto a nadie… O al menos eso pensaba yo, hasta que me mandó su texto para el blog donde me pone a parir.

Hugo, que sepas que mis abogados te van a meter una querella por injurias y calumnias. Me han dicho que, en cuanto acaben de descojonarse, se ponen a ello.

Y, sin más dilación, con todos ustedes, el sr. Bonet.

EVARISTO

¡Hola a todos!

Mi nombre es Evaristo Elcallo. Me han pedido que dedique unas palabras en este blog a la figura de Juan Gorostidi y estoy encantado de poder hacerlo. Conozco a Juan desde hace muchísimos años y… ¡qué puedo decir yo de él!. Juan es una persona maravillosa, un chaval sano, optimista, con energía, de esos tipos que aman la vida. Puedo decir sin temor a equivocarme que Juan es un amigo. También es un cliente. Soy el psiquiatra particular de Juan y llevo su “neurosis maniaco-depresiva con brotes suicidas” desde que se le diagnosticó en su día. En su día hace 18 años. Sí, amigos, 18 años de terapia, por lo que calculo que estamos en un tercio del tratamiento total. Juan ha mejorado mucho.





Evaristo Elcallo, Titular del gabinete psiquiátrico “La regadera”. Nuestro eslogan es “Loca tu puta madre, guapa”. Porque los psiquiatras también podemos tener eslóganes.


Antes de continuar con la figura de Juan, me gustaría destacar que pertenezco a una familia de psiquiatras con solera, una estirpe que ha ido transmitiendo de generación en generación (hasta un total de seis) su interés por el mundo de la locura. Las familias Elcallo y Gorostidi están muy relacionadas, ya que desde 1815 los Elcallo tratamos las diferentes patologías psicóticas de los Gorostidi, una familia también de mucha solera y muy reconocida en Huelva. 

Uno de los casos más difíciles que tratamos fue el de Rebeca Gorostidi, (bisabuela materna de Juan) que en 1950 sostenía que Huelva había sido fundada por los Gorostidi, por lo que debería considerarse territorio independiente de España y por lo tanto ella debería ejercer de Reina Rebeca I de Huelva. Prometía ser una Reina cercana al pueblo, es decir, a sus súbditos onubenses (que la podrían llamar Majestad Rebe) y que su regencia sería recordada como un periodo de monarquía firme y tenaz pero ilustrada. Insistía también en haber sido, 450 años atrás, amante en la sombra de Boabdil en los años previos a abandonar Granada, por lo que los Gorostidi tenían pleno derecho de anexionar Granada al Reino de Huelva. Majísima.

                Rebeca el día de la rendición de los Gorostidi que dio lugar al armisticio final y la firma de los “Acuerdos de Huelva (1952)”

  Deborah Gorostidi, hermana de Rebeca, conocida como “la cuerda de la familia” 


 Feliciana Gorostidi, madre de las anteriores y tatarabuela de Juan. Gran mujer. Aquí, tomando medidas para coger unos bajos.

Recuerdo como si fuera hoy el día que Juan entró por primera vez en mi consulta. Vi en el dintel de la puerta a un chico fuerte, robusto, lleno de energía, el típico chaval extrovertido con ganas de comerse el mundo. Todo esto lo descubrí mientras Juan no apartaba la mirada del suelo.

-          Hola, ¿qué tal? Sabía que ibas a venir a la consulta. Toma asiento. ¡Buenos días!
-          Hola.
-          Bueno, bueno, Juan, ¿y cómo estás?
-          Bien.
-          ¿Quieres beber algo?
-          No
-          Veo que eres parco en palabras. ¿Es la primera vez que vienes a un psiquiatra?
-          No
-          Ah, ¿ya has estado antes con otro colega de la profesión?
-          Con 7
-          Vaya. ¿Y qué pasó? ¿Decidieron que ya habías terminado con la terapia?
-          No. Empezaron ellos a hacer terapia.
-          Jajaja. Qué gracioso. Bueno, dime ¿cómo quieres que te llame? ¿cómo te llaman tus amigos?
-          Mis amigos nunca me llaman.
-          Ajá. Y en tu familia, ¿cómo te llaman tus padres?
-          Juan. Mis padres hace 2 años que tampoco me llaman.
…………

Me sorprendió la vitalidad, el entusiasmo, la energía de este chico que apuntaba tan buenas maneras. Tras 3 horas de sesión, que fueron estupendamente excepto un momento en que fui al baño y aprovechó para clavarse 30 grapas en las muñecas, todo fue como la seda. El chaval estaba fenomenal. Hice dos prescripciones, una para el farmacéutico (unos simples ansiolíticos) y otra para sus padres, con la recomendación de cambiar el sistema de gas de la casa y sustituir la cubertería de metal por una de plástico con cuchillos de punta redonda.

Investigué sobre el pasado de Juan para ver si detrás de su personalidad se escondía algún trauma familiar o escolar, pero no encontré nada. Por lo visto, al nacer, las noticias sobre su inusual belleza se propagaron de boca en boca, hasta tal punto que gente desde otros pueblos de Huelva venían a casa de los Gorostidi para ver al recién nacido. Su abuela decía con orgullo a todos los visitantes: “Qué guapo es mi niño. Tiene una mirada hipnótica”, que en términos médicos viene a querer decir que el niño era bizco. Pero muy bello. Las señoras se pegaban por sacarle fotos. Por motivos desconocidos una de estas fotos se filtró, pasó de unas manos a otras, y acabó siendo portada de la edición del National Geographic de aquel año en el especial naturaleza animal.

Siguiendo con mi tarea de hurgar en el pasado para ver posibles causas de la “neurosis maniaco-depresiva con brotes suicidas” de Juan, y una vez descartado el físico, me dediqué a investigar su entorno familiar. No encontré nada a destacar. Una familia con 7 hermanos, padres cariñosos y un entorno en el que Juan creció como un niño feliz. Debajo de su casa había una discoteca que fue muy famosa en los 90 (“The Salmorejo Dancing”), y lo único que pude descubrir fue que en ocasiones subían los dueños de la discoteca a casa de Juan a quejarse por el ruido que hacían cuando discutían. Los clientes de la discoteca no podían escuchar la música. Pero vamos, lo normal en cualquier familia.

Tampoco encontré problemas en su etapa escolar. Fue un buen estudiante y consiguió terminar el COU a los 28 años de edad. Muy deportista, se decantó por el fútbol. Uno de las muestras de su peculiar fortaleza mental y espíritu de lucha es que cuando los capitanes de fútbol escogían a sus jugadores, a él lo dejaban para el final y lo escogían el último, después de Susanita, la niña coja. Esto a él no le desanimaba y salía al campo con espíritu animoso, y nunca se dejaba ir abajo incluso cuando Susanita le regateaba cada dos por tres, le hacía tuneles o le gritaba cada vez que Juan se tropezaba.


Uno de los momentos más felices de la juventud de Juan, en su 18 cumpleaños. Fiestón que le organizaron sus íntimos amigos Nemesio, Luciano, Onésimo y Justin Segismundo. La instantánea no lo recoge pero a la derecha estaba Juan con la cabeza metida en el horno de gas.

Las sesiones continuaron a través de los años. No es el momento ahora de hablar de todas ellas, pero recuerdo una sesión clave en el proceso de curación de la “neurosis maniaco-depresiva con brotes suicidas” de Juan: su despertar sexual.

Debo decir antes que nada, que yo soy de la escuela de psiquiatría freudiana, en la que, como sabemos, TODO está relacionado con el sexo. ¿Sueñas con una puerta? Clara referencia a la vagina. ¿Sueñas con zapatos? Penes, está claro. ¿Sueñas con un mapa de África? Clara referencia a que te gustaría ir a un poblado de Kenia vestido de cheer-leader y ser violentamente sodomizado por 20 guerreros de una tribu masai. Todas las respuestas están en el sexo. Es la escuela freudiana. Muy alejada en su planteamiento, por cierto, de la detestable escuela Mapphelton, basada en las teorías de Mapphelton y Stack que ni he leído ni pienso leer. E imagino que vosotros tampoco porque me los acabo de inventar (jajaja. Y luego dicen que los psiquiatras no tenemos sentido del humor. ¡Soy una fiesta! jajaja). Al grano. Un día llegó Juan a la consulta:

-          Hola Juan, ¿cómo vas desde la última sesión de la semana pasada?
-          Bien. Solo 6 intentos de suicidio.
-          ¡¡¡¡Muy biennn!!!! Vamos mejorando, Juan. A ver enséñame las muñecas
-         
-          Bueno, y tienes novia?
-          No
-          ¿Amiga?
-          No
-          ¿Nunca has tenido un orgasmo?
-         
-          ¿Y cómo se llamaba ella?
-          Estaba yo solo
-          Ajá, entiendo. Entonces ¿eres virgen?
-         
-          Ten en cuenta que ya estás en la edad de tener tus primeras relaciones, ya sabes, las hormonas, la edad del pavo, … estás en esa edad
-          Tengo ya 36 años
-          Ah, ¿ves?, buena edad. ¿Y vas a discotecas?
-         
-          ¿Y entras a las chicas, les dices algo?
-          No
-          ¿Nunca?
-          Bueno, una vez me vino una chica a hablar
-          ¡Muy bien, Juan! ¿Y qué te dijo? Cuenta, cuenta.
-          Me preguntó si tenía hobbies
-          ¡Bien! ¿Y qué le dijiste? ¿Algo ingenioso?
-          La verdad
-          Ajá
-          Le dije que mi hobbie era hacer nudos marineros y que si quería que le hiciese uno. Pero me dijo que recordó que le llamaban y se fue.
………….

Como veis no puedo más que decir cosas maravillosas sobre Juan, una persona admirable, positiva, cercana, estimulante, y muy amigo de sus amigos, a los que llama siempre para charlar o tomar un café y que por un motivo u otro siempre tienen un bautizo de un primo segundo al que acudir y no pueden (también es mala suerte). En definitiva, que os recomiendo que os acerquéis a él, que conozcáis al verdadero Juan, que os inyecte algo de esa energía y entusiasmo que desprende. Y ahora si me perdonáis os tengo que dejar, que me acaban de llamar del 011 y me dicen las enfermeras de centro donde está internado (a él le hemos dicho que es un spa, jejeje, ¿es que los psiquiatras no paramos nunca de molar con el humor?), que ha vuelto a intentar colgarse de las tuberías de los baños, y que ha vuelto a fallar ese inútil y que ahora está todo inundado y que es la 6º vez en lo que va de mes y no aguantan más. Ay este Juan, de verdad, qué chiquilladas tiene.

5 comentarios:

  1. Dr. Evaristo donde puedo llamarle para pedir cita?

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  2. Ay Dios!!!
    Muero con la risa!!!
    Por cierto soy Perfida
    Un saludo coleguita

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  3. Doctor:

    Tengo una amiga que tuvo un novio(o parecido vienés). ¿eso tiene cura?


    Küsses ;-D

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  4. Ay por dios qué manera de reírse un jueves por la mañana. Desde ya me voy a hacer fan de tu blog.

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