Un halo de misterio rodea la vida de Dao Te-Tzu, el pensador chino que vivió en el siglo VI a.c. Poseemos un amplio conocimiento acerca de su peculiar modo de entender el mundo y su filosofía, que plasmó en dos extensos libros “Meditaciones desde el fondo de mi corazón” y “Aquí llegan las vicetiples”. Sin embargo, de su vida personal lo desconocemos casi todo. Sabemos únicamente que era aficionado a dar largos paseos acompañado de sus discípulos ,a los que instruía con dedicación, que era muy bajito y que su mujer, la señora Te-Tzu, tenía por costumbre no cortarse nunca las uñas de los pies, lo que le costó la vida a su marido. El maestro Dao falleció una noche de verano, en el Año del Dragón, cuando su esposa, dormida, se giró en la cama, seccionándole la femoral con la uña del dedo gordo del pie izquierdo. Sus últimas fueron: “Donde hay pelo, hay vida”.
Pasemos ahora a analizar su filosofía. Dao Te-Tzu, en su juventud, fue el alumno aventajado de Lao-Tse, que sostenía que, para encontrar la paz interior, había que comprender el Tao. ¿Cómo se llegaba al Tao, a entender la oposición de contrarios y el fluir de la vida? El primer paso, ineludible, era comprar el “Tao Te King”, libro del que Lao-Tse poseía los derechos de autor, que sacaba por fascículos y con el que estaba amasando una inmensa fortuna.
De estos acontecimientos obtuvo Te- Tzu una importante lección, que plasmó en un escrito, milagrosamente conservado hasta nuestros días: “Si quieres forrarte, escribe un libro de filosofía que nadie comprenda o funda tu propia religión”.
Tras años de estudios y de retiro espiritual, el maestro Dao creó su propia escuela, de inspiración budista-taoista, “ Los hijos de Buda madre”. Poco tiempo después, traba amistad con Sun-Bun, autor de “El arte de la guerra II” e influenciado por él decide cambiar algunos aspectos de su filosofía. Se inicia así el culto a la sí-violencia y la búsqueda de la crispación interior para llegar al Tao.
Posteriormente, ya en el ocaso de su vida, se decanta por un último giro filosófico. El “conformismo vital”, que así fue bautizado, inundaba sus últimos escritos.
Máximas de Dao Te-Tzu:
“¿Por qué destacar cuando siendo un mediocre se vive muy bien y nadie te exige responsabilidades?”
“Si alguien pide un voluntario, mira disimuladamente el reloj de arena y hazte el huno”.
“Soporta las recriminaciones de tus superiores con paciencia y humildad. Piensa que en algún momento se quedarán dormidos y ...”
“En el campo de batalla, hazte el muerto. Después serás recibido como un héroe”.
“No huyas ante el enemigo. Huye por su espalda”.
Toda su filosofía se resume en una sentencia, que no paraba de repetir a sus discípulos:
“No aceptéis ningún consejo. Ni siquiera este”.
Excelente recopilación de ideas, me he reído muchísimo.
ResponderEliminarUn saludo.
Jejeje, que bueno compañero!
ResponderEliminarjajajaajajajaajajajajaajajajaja.... si señor!!! que grande eres!
ResponderEliminarUn saludo
Eres un crack, joder.. lo que me estoy despollando ahora mismo
ResponderEliminar@estefaldina
XDD lagrimones de la risa...eres un artista, cuantas enseñanzas para el presente!muchos hoy en día las siguen a rajatabla.
ResponderEliminarSaludos!
Tengo un amigo que dice que su abuelo le enseñó: "No aprendas a hacer nada, que luego querrán que lo hagas". Ahora ya sé de quien es nieto...
ResponderEliminarPor cierto el chinorri del cuadro se parece al sargento Batista de Dexter, jajajaja toma frikaza!!!
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