sábado, 7 de mayo de 2011

ARCO

Hoy en Gritis Jits, la crónica de mi visita a Arco edición 2.010. Se publicó en el blog del Becario.

ARCO.

Cuando se escribe una crítica de arte, se suele empezar citando a algún filósofo o escritor de renombre para que quede claro que se va en serio, que se es muy leído y que se va a hacer uso de todo el bagaje cultural de uno para impresionar al lector. Yo no voy a ser menos. Empezaré mi crítica con una cita histórica.

Recuerdo perfectamente, por la honda huella que imprimió en mi conciencia, aquel programa de “La Máquina de la Verdad” al que acudió el Santón de Baza. Ese día asistió una señora que aseguraba haber sido curada, mediante una imposición de manos, de un severo ataque de hemorroides por el Santón (mejor no imaginarse la escena). El filósofo Gustavo Bueno, que ya por aquel entonces (mediados de los 90), le había cogido gusto a la telebasura, acudía a la “Máquina de la Verdad” como invitado. Ni que decir tiene que se le hinchó la vena del cuello gritándole a aquella señora que se había curado por el llamado efecto psicosomático y que era más tonta que el Tío Macario, que bailaba la música del Telediario. La mujer reaccionó ásperamente e hizo una pregunta a Gustavo Bueno que tenía más peligro que un mono con una cuchilla: “¿Es que acaso usted se cree superior a mí?”

La respuesta del filósofo constituye un hito en la historia de la televisión de todos los tiempos: “¿Superior a usted? ¡¡¡¡¡ Años, luz, señora, años luuuzzzzzz!!!!!”

Tengo que confesar que cuando me cruzo con algún gafapasta que desprecia, por poner un ejemplo, el David de Miguel Ángel o que asegura con altivez que la Capilla Sixtina no le dice nada, mientras que pone los ojos en blanco con la instalación “Mierda de perro humeante en cubo de playa” no puedo evitar sentirme un poco Gustavo Bueno y pensar que años luz nos separan.

Pero no creo que sea justo ser tan radical. Vamos a aceptar tolerancia como animal acuático y partir de la base de que, en toda manifestación artística, intervienen distintos niveles de percepción, que cada observador tiene una visión propia y que no podemos caer en la tentación de pensar que la nuestra es más válida que la del otro. Trataremos de ser ecuánimes en la crítica y no hacer sangre.   

Bien, una vez establecido este criterio, voy a afirmar categóricamente que el 99% de las obras expuestas en ARCO las hace cualquiera con la punta de la polla.

Y ahora, entremos en materia. Las entradas de ARCO (si algo tenía claro es que no iba a pagar un euro) las consiguió Ana, una amiga de mi hermana Carmen que podría trabajar de intermediaria o relaciones públicas o de lo que le diera gana porque tiene la habilidad de conocer a todo el mundo y conseguir cualquier cosa echándole cara a la vida. Total, que se enteró que yo iba a Madrid el fin de semana y me propuso el plan.

“Las entradas me las va a pasar un galerista al que el padre de una amiga suele comprarle muchas obras de arte. Ya sabes, el mercado del arte es lo mejor para blanquear dinero”, me soltó con la mayor candidez del mundo.

Cuando llegamos a ARCO, el galerista, que era un portugués muy simpático, nos estaba esperando en la puerta y no nos hizo la ola de milagro. Era tan buena gente que me entraron ganas a mí también de blanquear dinero. Antes de contar cómo nos fue en la feria, voy a hacer una confesión: en los últimos meses he dedicado más tiempo a tratar de ganar el triplete (Liga, Copa y Champions) con el Cádiz F.C en el FIFA que a visitar galerías de arte contemporáneo. No sé gran cosa sobre el net.art, la deconstrucción, la instalación, el conceptualismo, las últimas tendencias en performances o el Land Art. Todo eso no me interesa demasiado. Tampoco he leído mucho de Arthur Danto o Donald Kuspit. Imagino que ya lo habréis adivinado: soy del tipo de persona que encuentra más sugerente el Museo del Prado que el MOMA. Cuando uno duda de si lo que está viendo es una obra de arte o es que alguien se ha dejado olvidado un mocho de fregona en una esquina es que algo no termina de funcionar.

No voy a ser tan insensato de decir que todo lo expuesto en ARCO me pareció una basura porque lo cierto es que encontré pinturas y esculturas muy interesantes, pero, para ser sincero, una gran parte rozaba la fina línea que separa lo ridículo de lo grotesco.  

Bueno, vamos con las fotos.

 ”No, no y no sabemos dónde está la Mercería Cabrera”, de Frost.

"Starway to Heaven", de Eugenio Merino, la obra de la polémica de ARCO de este año. A mí me parece la típica gracieta de un asusta – viejas sin ningún mérito. Si hubiera invertido el orden sí sería un gesto realmente provocador. Arriesgarse a que te corte el cuello un fanático islamista es mucho más transgresor que aventurarse a provocar una protesta diplomática de la embajada de Israel.

 “Perro verde”. Este mola bastante, pero me quedo con la Pietá.

 “Niño atravesado por trineo arrojado por un espontáneo después de que contara chistes de gangosos en Canal Sur”.

  Cuadro titulado “Ya tenel decolación para lestaulante”.

 Este es uno de mis preferidos: “Me ha sentado mal la última copa, no las 17 anteriores. Mira que pato he soltao”, también conocida como “Manchurrones y pegotes. Sí, me pagan por esto”.

 “Motoreta visible”. Me sugiere muchas cosas, ninguna buena.

 “Plastidecor no se ensucia” representa la angustia del hombre ante la duda de donde ha aparcado esta mañana.

 “Dos etarras, cuarenta talibanes,  cinco porteros de discoteca y la puta de su madre.”

Este se llama “Cuadro en blanco crudo. No he tenido tiempo de pintar nada, pero tengo que pagar la hipoteca.” La noche del viernes estuvimos disfrutando de “Arte” una obra de teatro entretenidilla con Quique San Francisco. El argumento es más o menos este: un amigo de Quique San Francisco, Javi Martín, se compra, por 50.000 €, un cuadro en blanco con unas ligeras líneas pintadas en diagonal y también blancas. Los dos amigos discuten sobre su visión del arte, mientras que un tercero, Vicente Romero, el sensato neutral que intenta poner paz entre ellos, se lleva todas las hostias. Me acordé de “Arte” cuando vi “Cuadro en blanco crudo”.

 Sí, es un tubo con un balón de futbol incrustado. Ante las risas de los presentes, el artista no paraba de gritar “Esto es arte, cabrones, no lo habéis entendido con vuestra limitada mente cartesiana”. Sin comentarios.

 “Mama, mama, ya me sé los colores en inglés”. Ojo al marco, se lo han currado tela.

 “Silla en pecera”. Qué grande.

 “La virgen matrix”, atrevida fusión entre las nuevas generaciones y el producto de un robo en una sacristía. 

 Yo, como ser fundante, ¿estoy dotado de impelencia? La respuesta en “Cuadro gris con agujeritos”. 

 Compré, por dos euros, un dibujo a unos niños que pintaban en el suelo en  la galería Gentili Apri. Mi primera inversión en arte de este mes, si descontamos la camiseta de la Iniciativa Dharma que pillé en Popland. El dibujo se revaloriza seguro, el año que viene vale tres euros o más.

 He aquí el dibujo que compré: “Caballo que flota sobre la hierba y mariposas mágicas”, diestramente pintado por dos niños que seguro que acaban traumatizados por tener padres artistas. No me gusta mucho, pero tenía que blanquear los dos euros.

  “Plástico en cuerna de venado”. En fin…

 “Japonesa colgando boca abajo, con los pezones para rallar cristales, enseñando el perrete”. Fotografía de gran mérito. Es del mismo autor de “Hombre con pilila pixelada”.

 Esta me encanta. Se titula “¿Estas qué horas son de llegar? ¡Calla, mujer, que vengo por la guitarra!”. Trata de expresar la desazón de un hombre juerguista que se enfrenta a la Máquina de Reñir.

 “Jamón de Pandora, pitufo caníbal”. El nombre lo explica todo.

 “Sigue los puntos, progresa adecuadamente, en la cabeza no me des que tengo que estudiar”. Una obra maestra, digo, una gran obra, dijo la maestra. 

 “Banging the Drum”, del gran Yoshimoto Nara (lo de grande es en serio, este tío es bueno). Leo en un catálogo: “Sus protagonistas suelen ser niñas aparentemente vulnerables que, tras su tierna apariencia, esconden armas o cigarrillos humeantes”. Acojonados estábamos todos con la niña del cuadro, vamos. 

 Reciclaje extremo. Estos son personajes de Star Wars hechos con plástico, telas, etc.

 “Me mondo contigo”.

“Dolor escrotal, conciencia sucia”, también conocida como “Paraíso de un chatarrero”.

 Pierna de blanco, negro, un mulato y francesa (abajo a la izquierda).

 “Pelotones”, una de mis obras preferidas de esta edición.

  “Las aventuras de Tontín, el reportero homosexual”, tampoco estaba mal.

 Sí, amigos, es un cubo de basura negro con ruedas de oro. Una metáfora, no sabemos de qué exactamente porque el artista no estaba, pero de algo era, seguro.

  ¿Conocen las Leyes de Newton? Se suele pensar que Newton enunció únicamente tres leyes sobre el movimiento; ya saben, aquello de “el cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime”, etc. En realidad las Leyes de Newton son cuatro. La cuarta Ley, prácticamente desconocida por el profano, dice así: “Te muevas por donde te muevas, encontrarás alguien de Huelva”. ARCO, no ha sido una excepción, ya que allí exponía el onubense Víctor Pulido su “Vida perra”, a la que yo hubiera llamado “¿Dónde está César Millán cuando se le necesita?”.

 “Vida en sociedad”, también de Pulido, de lo mejorcito que tenemos en Huelva. 

 “Mama, mama, mira lo que he hecho en la guarde”.

 “¿Cuántas veces tengo que decirte que note  cortes los padrastros en el salón?”. Era una pregunta retórica, obviamente.

 “Catalogo de Azulejos del Vado number one”.

 “Catalogo de Azulejos del Vado number two”.

 ¿Obra de arte o extintor?

 “Bautizo de niño asustado con madre trekkie”. El niño crecerá y se convertirá en un Nini en venganza.

 “Aggg, pues a mí me gusta”, pretende denunciar la dominación de la mujer y evidenciar el hecho de que las cadenas opresoras son, en gran parte, auto-impuestas. Eso o a la de la foto le va el masoquismo. De fondo, los Gorostidi Brothers reflejados.

 “Floristería Brioso”.

 “Globos pinchados pintados de marrón”, de Herbert Mulenhauen, que no ha podido venir a ARCO porque está contando el dinero recibido por su última obra: “Novio en portal, dolor de huevos”.

 Os juro que esto estaba expuesto en ARCO y que estaba a la venta. Seguro que algún gilipollas lo compra y todo.

 “Latas de sopa Campbells”. Huy, esto nunca se había visto antes.

Y hasta aquí hemos llegado. Tras comentar la jugada, reirnos un rato e intercambiar impresiones sobre ARCO, partimos hacia Madrid Fashion Week, después de que Ana nos consiguera invitaciones en menos de cinco minutos, como no podía ser de otra manera. En MFW mi hermano Nacho pronunicó la frase del día:

-          Son las cuatro de la tarde y tengo más hambre que el que se perdió en la isla. ¿Aquí se podrá comer algo?

-          ¿Comer en la Pasarela Cibeles? Como mucho te dan un cubo para vomitar.

Pero eso es otra historia.

4 comentarios:

  1. Que ya lo decía alguien por ahí (por comenzar el ladrillo citando a alguien, como dice Juan, aunque sea un 'alguien' desconocido), que 'El arte y Helarte no son lo mismo'. Sigo sin entender la mitad (o más) de las obras de 'helarte' que se presentan a ARCO, porque lo que es a mi... me dejan de hielo. Pero, como decía mi profesor (continuando con la habitual práctica de 'seguir citando a alguien'para parecer un 'entendido')... 'El sentido de la obra , no tiene porque tener sentido mientras expreses lo que sientes. Pero tampoco creas que todo el mundo va a entender lo que querías expresar en ese momento' (que sabio era mi profe, y que poco caso le hacía...). Aún así, y aunque llevo años intentando entender en que coño piensan la mitad de los 'artistas' que exponen en ARCO... considero que mas de la mitad de las obras que se presentan, son una tomadura de pelo.

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  2. El artista es solo eso...el artista, primero para él, que no lo entiendan para él, parece ser un mal del resto del mundo. Yo creo que el arte, como bien entendida la palabra, debe ser algo a a TODOS (o al menos a una importante mayoría) "llegue y pegue", no debería ser solo para unos pocos que se les saltan los tapones y solo ellos se autodefinen, critican y finalmente comprenden. Lo que rescato de estas expos, es que estos si que tienen "guebos" para exponer, yo no me aniomaría, como muchos de ellos, al tal estrepitoso escándalo visual interpretando al mal gusto...- a las pelotas por tubo y a otra cosa,!... ojalá vuelva el talento!

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  3. me gusta mucho este blog, me entretuvo leyendo y eso ya es demasiado para estos tiempos!, felicitaciones autor.

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  4. Un dia en ARCO, yo tenia 19 añitos, habian unos folios pegados con cinta adhesiva a la pared y fechas y horas escritas a lapiz con una curiosa mancha beige amorfa en el centro. Como titulo Sementerio. No comprendia el por que de la errata ortografica, ni de las fechas, ni de las manchas. Asi que progresivamente me acercaba para ver si podia juntar las piezas de ese puzzle en mi cabeza. ME ACERCABA!! lo comprendes?? mis ojos, mi cara... que conlleva mi nariz, mi boca, toda yo!! A los folios estos!! Escrutinando con la mirada por si me habria perdido algun detalle. A 15 cm me di cuenta. Que propio.
    cocositama

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