Después de darle vueltas un tiempo a cómo mejorar el blog, he llegado a la conclusión que le viene genial una sección de entrevistas. Y es que, pocas cosas hay tan gratificantes en la vida como poder compartir impresiones con alguien a quien uno admira. He tenido la suerte de experimentar esa sensación al charlar con Ana Milán.
Aprovechando la presentación de su libro, “Sexo en Milán”, concertamos una cita en un conocido restaurante madrileño. Nervioso como estaba, me presenté 15 minutos antes y, para soltarme un poco, me tomé 3 cervezas seguidas solo en la barra. Eran las 3 de la tarde, no había desayunado ni comido y tengo que admitir que las birritas me sentaron estupendamente. Tanto, que cuando apareció Ana, estaba yo dándole abrazos de amistad a una chica que dijo que me conocía de Twitter y a la que gentilmente firmé un autógrafo en el escote. Esto con Fotolog no pasaba.
Ana me pareció muy guapa, pero no como me la imaginaba. Era rubia, mediría poco más de 1,60 y no hablaba nada de español. Tras 15 minutos de entrevista, caí en la cuenta de que estaba interrogando a una turista alemana, cuyo único objetivo en la vida parecía ser pedir una paella. Aturdido por el error, y por los dos gintonics que me había tomado para que se me pasara el efecto de la cerveza y estar fresco, hice lo que cualquiera de vosotros haría en una situación similar. ¿Repasarme las preguntas? No, señor, que soy español: sacar el móvil para jugar al Angry Birds. Entonces vi un mensaje de Ana: “Me retraso un poco. Estoy liada con la promoción del libro. Ya llego!”
¿El libro? Ay, dios. Caí en la cuenta de que no me lo había leído. Ana tuvo la amabilidad de mandármelo por correo la semana pasada, pero he estado más liado que el peluquero de Anasagasti y ni lo he abierto. “Preguntas de tono general, no hay problema, todo controlado”, me dije.
Estaba repitiéndome estas palabras como un mantra, cuando llegó Ana, la verdadera. Mira que en la tele es guapa esta chica, pero en directo es para quitar el hipo. Una auténtica belleza, ahora que me imagino riñéndome porque se me ha olvidado poner el lavavajillas y me echo a temblar. Guapura, inteligencia y carácter, ¿qué más quieres, Baldomero?
Yo, que siempre me pongo nervioso ante una mujer de bandera y torpeo más que Aznar hablando tejano, puse mi cara de seducción, la de “no te enamores, nena” y, con un gesto ágil, me dejé caer en la barra, como distraídamente.
Quizá fueran las cervezas, quizá los nervios, el caso es que calculé mal las distancias y ni rocé la barra, caí a plomo dándome una hostia importante, que el público del restaurante valoró con un 9,75. Me levanté de un salto, como no podía ser de otra manera para salvar la situación y solté un “cada uno se apoya en la barra como quiere”, que provocó la risa contagiosa de Ana y ayudó a romper el hielo. Comenzó la entrevista:
- Hoy presentas “Sexo en Milán”, un libro que trata temas, conceptos y que, al parecer está estructurado en capítulos, como debe ser. (Tenía que salir del paso como fuera, no podía notarse que no lo había leído). Imagino que cuando lo ideaste, tenías en mente un tipo de libro concreto: ¿ha salido como pensabas?
- Juanito... dime la verdad, no te lo has leído, a que no? Jajajajaja. Bueno no importa... La verdad es que hace ya mucho tiempo que comencé a darle vueltas a la idea de escribir un libro y poco a poco se fue formando, bueno que me enrollo, la verdad es que sí, que tal cual tenía imaginado.
- Tengo varios conocidos que han leído el libro y coinciden en que se lee de un tirón, que la escritura es muy fluida. Sabemos que tienes mucha experiencia en el mundo del cine y la TV, todos recordamos tu paso por “Pasapalabra” como presentadora (aquí Ana me dio una colleja, no sé muy bien porqué)… El mundo de la escritura era nuevo para ti. ¿Has encontrado muchas dificultades?¿Pensaste alguna vez que no serías capaz de terminarlo?
- Solo lo pensé el día en el que me senté frente al ordenador y me decidí a empezarlo. Me preparé un café, subí a mi despacho, me senté en mi mesa, encendí el ordenador y me quedé mirando el teclado como una vaca mira al tren. No salía nada, no había ni rastro del libro que había en mi cabeza hasta dos minutos antes. Pero respiré hondo y comencé....
- ¿Has escrito “Sexo en Milán pensando en algún tipo concreto de lector? Escuché en la entrevista magnífica que te hizo Carlos Herrera que opinas que es un libro de chicas que deberían leer los chicos.
- Es absolutamente cierto, creo que se divertirá, y así está siendo tanto la adolescente que comienza en esto que llamamos amor, como las mujeres a las que ya nos han besado más de dos veces por primera vez. ¡Y a los hombres les viene muy bien enterarse de que va todo esto que nos sucede a las chicas!
- Dejemos a un lado “Sexo en Milán”. Últimamente estás que te sales: “El hombre de las mariposas”, la serie de “El tiempo entre costuras”, etc. Y además te has casado. ¿Te gustaría trabajar con tu marido Jorge en algún proyecto pequeñito, como un corto? Y en caso afirmativo, ¿qué me pongo para la ceremonia de los Goya?
- Sabes que desnudo ganas más. (Nota: estamos bromeando sobre esto).
En este momento, me sonó el móvil, con un mensaje de Eva Hache. Este:
Y eso hice.
- Ana, por hablar de todo un poco…. ¿Qué opinas de los peces espada? Me ha dicho Eva Hache que te lo pregunte.
- ¡Jajajajajjajaja! Eva es muy mala persona aunque yo la quiero mucho, eso del pez espada viene de un día en el que estábamos de gira en 5mujeres.com e íbamos juntas al teatro, de repente le dije: -Eva, ¿tú sabes dónde está el teatro? Y ella me dijo: -Creo que en aquella plaza pero no lo sé muy bien, se que se llama Pez Espada. Y yo que soy un alma pura que no se cuestiona lo que los demás dicen, paré a una señora y le pregunté por el teatro pez espada, Eva comenzó a reírse a carcajadas mientras la señora me decía: -No sé hija, en aquella plaza está el teatro Emperador. Casi la mato.
Y con esta anécdota tan graciosa, dimos por finalizada la entrevista y nos dedicamos a hablar de nuestras cosas. Fue una tarde estupenda, la verdad.
Cuando llegué a casa, agotado por el viaje exprés a Madrid, una ciudad que, comparado con Medellín, no estresa nada, le eché un vistazo a las primeras páginas de “Sexo en Milán”. Me enganchó tanto que me lo leí enterito de un tirón. Os lo recomiendo, os va a encantar, sobre todo la pelea final de zombies contra vampiros.
"Esto con Fotolog no pasaba." gran frase!
ResponderEliminarda para el titulo de una novela!
Acabo de descubrir tu blog y eres un auténtico crack! Grucias, como dijo Alfredo Landa en el Goya de honor.
ResponderEliminarSupongo que quisiste decir "mantra", aunque el error es comprensible con semejante compañía.
ResponderEliminarSr. Anónimo: Acabo de corregir la errata. Efectivamente, estaba pensando en sexo tántrico y me traicionó el subconsciente :)
ResponderEliminarmuy bueno, sigue asñi, me encanta el blgo :)
ResponderEliminarEn octubre defenderé el Trabajo Final de Master frente a un Tribunal del departamento de Estadística. Te aviso cuando sepa el día exacto por si te viene bien hacer un viaje a Granada para cubrir la crónica de la defensa, ya estoy preparando el chiste para el turno de preguntas!!
ResponderEliminarJL
Y encantada Ana de haber pasado la tarde contigo :) . Gran crónica, sigamos.
ResponderEliminar